Nombre botánico: Corylus avellana
Del árbol, que alcanza unos veinte metros de altura, entre enero y abril nace esta avellana parecida en forma a una nuez oscura, que cuando se prensa mecánicamente y se filtra en frío, se obtiene un aceite amarillo, rico en nutrientes, vitaminas y ácidos grasos, componentes que, de acuerdo a un proceso de elaboración posterior, son buenos en la cocina o en fórmulas cosméticas.
Propiedades:
Entra en la piel rápidamente y no deja residuos aceitosos.
Es un buen aceite multifuncional que tiene varias aplicaciones en la aromaterapia. El aceite de avellanas europeas ayuda a tonificar y afirmar la piel, mientras fortalece los vasos capilares y estimula la regeneración celular. Este aceite tiene grandes propiedades humectantes, por lo que sirve muy bien para preparar aceites de masajes o una mezcla de aceite transportador. El aceite de avellanas europeas aporta vitamina E, la cual es un potente antioxidante.
Usos:
Este aceite se recomienda especialmente para prevenir trastornos de la piel como el acné, la psoriasis, los eczemas y la inflamación. Las avellanas europeas también te ayudan a prevenir las arrugas u ocultar las que ya tengas. Es una buena elección para las personas con piel grasa. Por su alto contenido de vitaminas A, E y retinol, es un excelente hidratante, antiage y protector solar.
Por su alto contenido de vitamina A y E, este aceite absorbe los rayos UV y actúa como bloqueador solar natural.
Por su alto contenido de vitamina E, provitamina A (beta carotenos) y altísimas dosis de retinol, actúa como un regenerador de tejidos, atenuando líneas de expresión.
Contiene un alto porcentaje de ácido palmitoleico, de rápida absorción, que humecta y protege la piel sin tapar los poros.
Su alto contenido de vitamina A permite un mayor crecimiento, mantenimiento y reparación de las células de la piel, uñas y pelo. Su baja concentración de ácido oleico lo hace un aceite delgado, que no deja una sensación de grasitud.